Por Gaspar Patiño.
A pocos días de que la élite del Taekwondo Sub-21 se reúna en Nairobi, Kenia, del 3 al 6 de diciembre, la selección mexicana se presenta como un mosaico de promesa y adversidad.
Este equipo, compuesto por ocho mujeres y ocho hombres, carga sobre sus hombros la esperanza de México en las categorías juveniles, un camino pavimentado con escasos recursos y un esfuerzo heroico de atletas y familias.
El contexto no puede ser más desafiante, con la resaca del reciente Mundial de Mayores en Wuxi, China, donde la delegación mexicana no logró colgarse una medalla, la presión recae en esta nueva generación, el Taekwondo mexicano que fue alguna vez potencia en el orbe, ocupando el décimo lugar en el medallero histórico de Campeonatos Mundiales, con un total de 76 preseas (7 oros, 32 platas y 37 bronces), demostrando que la base de desarrollo está presente.
De hecho, nombres como David Valdez (-63 kg), quien formó parte de la delegación en Wuxi y tiene antecedentes como medallista de bronce en un Campeonato Mundial Juvenil, representan un puente de experiencia entre categorías.
De igual forma, Paloma García (+73 kg), quien compitió en el mundial de mayores, aporta un roce de alto nivel y Damián Cortés medallista panamericano en los Juegos Panamericanos de la Juventud y Mundialista en Wuxi.

Las Claves del Equipo Sub-21: Potencial Individual.
El equipo de Nairobi está conformado por jóvenes que han destacado en el ciclo nacional y panamericano, a pesar de la falta de un fogueo internacional sostenido.
Femenil: Una Baraja de Ligeros y Pesados
La escuadra femenil muestra fortalezas en las divisiones más ligeras.
• Adriana González (-46 kg) y Zelzin Silva (-49 kg) tienen la difícil tarea de enfrentar a potencias asiáticas, donde México ha encontrado históricamente resultados de bronce.
• Sofía Montañez (-53 kg), Regina Jiménez (-57 kg) y Karla Rodríguez (-62 kg) representan el núcleo del equipo, donde la competitividad es feroz. Es crucial que demuestren la evolución técnica post-pandemia.
• En las divisiones altas, Alexia Ramírez (-73 kg) y la experimentada Paloma García (+73 kg) pueden ser las sorpresas. Paloma García tiene la ventaja de haber enfrentado recientemente a las mejores del mundo en Wuxi, un factor que podría darle una ventaja psicológica.
Varonil: La Esperanza en las Divisiones Intermedias
El equipo varonil presenta una mezcla de talento probado y nuevos rostros.
• El ya mencionado David Valdez (-63 kg) es la carta fuerte en la búsqueda de preseas. Su roce mundialista es invaluable.
• Damián Cortés (-58 kg), quien también participó en el Mundial de Mayores, y Leonardo Gomez (-68 kg), tienen la responsabilidad de sumar puntos y avanzar rondas, especialmente en categorías que suelen ser dominadas por Europa y Asia.
• Las divisiones mayores con Clemente Lara (-80 kg), Julio González (-87 kg) y Orlando Ruiz (+87 kg), si bien son difíciles, ofrecen la oportunidad de impactar al no ser tradicionalmente las más pobladas de potencias. La juventud y ambición de estos atletas pueden compensar la falta de experiencia.
La Ausencia de CONADE: Una Batalla Fuera del Tatami
El factor extradeportivo más doloroso y crucial es el nulo apoyo económico de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).
La razón, ampliamente conocida, es la falta de la renovación del Registro Único del Deporte (RUD) por parte de la Federación Mexicana de Taekwondo (FMTKD).
Este conflicto administrativo ha tenido un impacto directo y desmoralizador en los atletas: los gastos de viaje, hospedaje y preparación han sido cubiertos prácticamente en su totalidad por los propios jóvenes, sus familias y, en ocasiones, por iniciativas aisladas de algunos institutos estatales o municipales del deporte.
El hecho de que la FMTKD haya tenido un aporte “poco o nulo” en esta gestión subraya la profunda crisis de apoyo. El éxito de estos deportistas, de concretarse, no solo será una victoria deportiva, sino una protesta silente contra la burocracia y la negligencia que pone en riesgo el futuro del Taekwondo nacional.

Conclusión: ¿Qué Esperar de Nairobi?
Si bien los resultados del Mundial de Mayores en Wuxi fueron desalentadores, la categoría Sub-21 es una realidad distinta, más volátil y llena de talentos emergentes. México históricamente ha sabido encontrar podios en estas categorías de formación.
El equipo tiene potencial para regresar a casa con múltiples bronces y, con una buena gráfica y la mentalidad correcta,La clave estará en cómo gestionan la presión y el estrés acumulado de tener que “pagar” por su propia representación nacional.
El mundial de Nairobi será, para esta selección, una prueba de fuego doble: demostrar su talento y su resiliencia frente a la adversidad institucional. México tiene una generación con hambre de gloria, y el mundo será testigo de si su esfuerzo y sacrificio logran superar las barreras de la falta de apoyo.