Gaspar Patiño pasionsports.mx
La Asociación de Taekwondo del Estado de México atraviesa uno de sus momentos más críticos en los últimos años. Maestros, dirigentes y entrenadores han manifestado su creciente inconformidad con la gestión de la actual presidenta, Emily Armas, quien, según denuncian múltiples voces dentro de la comunidad presuntamente ocupa el cargo de forma ilegítima, sin cumplir con los requisitos mínimos establecidos por los estatutos de la Federación Mexicana de Taekwondo (FMTKD).

Emily Armas, ex integrante del staff operativo de la FMTKD, fue presuntamente colocada en la presidencia de la asociación mexiquense por el presidente Raymundo González , en un movimiento que muchos califican como “dedazo”. Esta imposición habría ignorado a líderes con trayectoria probada, muchos de los cuales terminaron sancionados por razones que hasta la fecha no han sido plenamente aclaradas.
Soberbia, exclusión y opacidad
Los señalamientos contra Armas no se detienen en la forma en la que fue designada. Docenas de presidentes de escuelas afiliadas se han quejado del estilo autoritario y soberbio de la dirigente, que ha optado por excluir, bloquear e incluso expulsar a miembros activos de la asociación que expresan desacuerdo con su liderazgo. Denuncian que Armas suele escudarse en el respaldo que otrora le brindó Raymundo González para actuar con impunidad.
“Aquí solo un grupo reducido la eligió en un proceso no muy claro”. No tiene escuelas, no tiene alumnos, no es presidenta de ninguna institución, no tiene trayectoria ni grado alto. Para ser presidente de una asociación se necesita al menos 6º Dan, un mínimo de siete escuelas afiliadas, experiencia y pasar por un proceso formal. Ella no cumple con nada de eso”, afirma un reconocido maestro del Estado de México que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias.
Altos costos, manejo cuestionable de recursos y conflictos internos
Otra de las grandes críticas hacia la administración de Armas es el presunto encarecimiento de los viajes para atletas seleccionados. Padres y entrenadores denuncian anónimamente que los costos para asistir a competencias, campamentos nacionales e internacionales se han disparado sin justificación clara, mientras el manejo de los recursos, especialmente los destinados a niños participantes en la Olimpiada Nacional, ha sido calificado como opaco y mal gestionado.
A esto se suma el reciente distanciamiento con Raymundo González. Fuentes cercanas a la FMTKD aseguran que Emily Armas ya no goza del favor del presidente luego de que se filtrara que ella votaría por una propuesta diferente a la suya en el proceso de reelección. Como represalia, en la más reciente asamblea nacional apenas se le otorgó una vocalía, lo que provocó un notorio berrinche y un llanto desconsolado por parte de Armas, quien esperaba un cargo más relevante. Su hermana Jessica Armas quien coordinaba arbitraje, también fue removida del cargo, sustituida por la maestra Sandra de Puebla.
Una elección en puerta y un movimiento en ascenso
Con las elecciones en el Estado de México a la vuelta de la esquina, crecen los diferentes movimientos internos que busca frenar cualquier intento de reelección por parte de Armas. “No se lo vamos a permitir”, afirma otro dirigente estatal. “El Estado de México es una de las asociaciones más importantes del país, y no puede estar en manos de alguien que no tiene mérito, preparación ni respaldo.”
La comunidad espera “sorpresas en breve”, y no son pocos los que ya trabajan en la organización de un frente común para restablecer la legalidad, la transparencia y la meritocracia en la conducción del taekwondo mexiquense, quienes luchan por un estado unificado como lo fue en el pasado uno de los más fuertes e importantes del país.

Conclusión
El caso de Emily Armas pone en tela de juicio los mecanismos de gobernanza deportiva federativa en el país, parte de ello es el reciente anuncio de WT, cuando los liderazgos se imponen a espaldas de la comunidad, se debilita el tejido institucional y se pone en riesgo el desarrollo de los atletas. El taekwondo del Estado de México merece un liderazgo legítimo, con experiencia, ética y compromiso real con sus agremiados.
Los ojos de la comunidad nacional están ahora sobre esta elección. Será un momento clave para demostrar que el Taekwondo en México puede —y debe— regirse por principios de justicia, transparencia y verdadero mérito.